El mundo de las abejas representa una auténtica mina de superalimentos, útiles no solo para alimentar a las propias abejas, sino también a los seres humanos. Dejando de lado las virtudes de la miel, considerada incluso un alimento-fármaco natural por ser fuente de principios vitales esenciales para el organismo, vamos a centrarnos en otros dos elementos igualmente importantes de la colmena: el polen y la jalea real.
¿Qué es el polen?
Integrado por estructuras microscópicas, el polen se presenta como un polvo fino y pegajoso capaz de transportar las células germinales de la planta de la que procede. Cada flor posee su propio tipo, que se distingue por color (que varía del amarillo al rojo, marrón o violeta), tamaño y forma, dependiendo de la especie vegetal a la que pertenece. Cada grano de polen lleva consigo los elementos imprescindibles para la vida: proteínas, vitaminas, aminoácidos, grasas, hidratos de carbono, encimas, sales minerales, hormonas, carotenoides y flavonoides, presentes en proporciones diferentes dependiendo del tipo de flor del que procede. Las abejas recogen grandes cantidades volando de flor en flor y lo dispersan involuntariamente en otras plantas al transportarlo en su cuerpo. Lo recogen para llevarlo a la colmena donde se va a convertir en una importante fuente de proteínas, rica en una serie de nutrientes imprescindibles para la supervivencia de la misma. Una vez elaborado por las abejas, se almacena en los panales para convertirse en el llamado "pan de abeja". Las abejas recogen mucha más cantidad de la necesaria, así que la extracción del polen por parte del ser humano no perjudica el equilibrio de la familia de abejas.
¿Qué es la jalea real?
Se presenta como una sustancia gelatinosa blanca y semifluida, segregada por la glándula hipofaríngea y mandibular de las abejas obreras. Se le considera un superalimento, siendo el sustento exclusivo de las jóvenes larvas inmaduras en sus primeros 2-3 días de maduración, además de utilizarse como alimento específico para la abeja reina durante todo su ciclo vital. La jalea real es la razón principal de la longevidad de la abeja reina respecto a las demás.
¿Cuáles son los beneficios de la jalea real y del polen?
El polen de abejas es una combinación de polen de plantas, secreciones de abejas y néctar. Estudios científicos publicados en PubMed Central describen sus virtudes terapéuticas: una investigación de 2021 demuestra que en la Biblia y en antiguos textos egipcios se recogen pruebas fehacientes de su uso para la salud pública. En este estudio el polen de abeja se describe como una “mina de oro de la nutrición gracias a sus componentes activos que poseen notables propiedades medicinales y saludables”. Otro estudio de 2015 lo define como “apiterapéutico de la función antimicótica, antimicróbica, antiviral, antiinflamatoria, hepatoprotector, inmunoestimulante, antitumoral y analgésica local”, capaz también de acelerar el proceso de curación de las heridas por quemadura. El polen es también un elemento antiedad natural, un energético que mejora las prestaciones deportivas, un estimulante para el cerebro y la memoria.
La utilización de jalea real para los seres humanos es recomendada para ayudar a contrarrestar varios trastornos crónicos de la salud y más en general favorecer el bienestar de todo el organismo. A nivel científico, a la jalea real se atribuyen diversas actividades farmacológicas, entre las cuales una acción antibacteriana, antitumoral, antialérgica, antiinflamatoria, antioxidante, inmunomodulante, curación de las heridas, antienvejecimiento y prevención del Alzheimer. Además, se le considera un acelerador del proceso de curación del cuerpo humano y un reconstituyente natural: los científicos han hallado en la jalea real una molécula, más precisamente una proteína peptídica llamada defensina-1, que estimula la recuperación celular. Se compone de agua (50%–60%), proteínas, hidratos de carbono, lípidos, sales minerales y vitaminas. Al analizar la jalea real, se han detectado unos 185 compuestos orgánicos distintos y un número significativo de compuestos bioactivos.
¿Cómo y cuándo es mejor tomar polen y jalea real?
El polen debe tomarse por la mañana en ayunas (o también durante el día, pero siempre con el estómago vacío): basta una cucharadita. Si su sabor “natural” resultara desagradable al paladar, se puede añadir al yogur, a una cucharadita de miel, al zumo de fruta, batido, leche o en ensaladas. Desde hace unos años se ha extendido la costumbre de agregarlo a arroces caldosos, segundos platos y guarniciones de verduras, al final de la cocción (con el fuego apagado). Los sujetos que padecen alergia deben tener cuidado con el consumo de polen.
¿Cómo se toma la jalea real? La recomendación es tomar unos 100 miligramos al día para los adultos, lo que corresponde a 2 paletas (que se suministra con el producto) y la mitad para los niños. Se debe tomar en ayunas, al menos media hora antes de ingerir alimentos, preferiblemente por la mañana antes de desayunar. Lo ideal es mantener la jalea real bajo la lengua para activar la absorción directa de sus componentes que así actúan mucho más rápidamente. Se recomienda prolongar la ingesta durante 6 semanas con una pausa de al menos 2 si se desea realizar un segundo ciclo. La jalea real fresca debe conservarse en frigorífico a 4 grados centígrados.
¿Existen contraindicaciones?
La utilización de jalea real no se recomienda a los sujetos alérgicos a los productos de las abejas y las personas con sobrepeso porque abre el apetito.
Paola Magni es periodista de LifeGate. Ha convertido su pasión por la ecología y la alimentación natural en su profesión y desde 2000 es responsable de la sección de alimentación de la editorial.